Ya era hora, me decía para mis adentros.
Y es que por fin pudimos juntarnos el domingo pasado todos los monitores de campamentos "Calasanz nos une" de La Romana y de La Puya, en lo que podemos llamar el 1er Encuentro CNU. No sabemos si catalogarlo de Encuentro Internacional (por aquello de contar con la presencia de los médicos españoles, de visita en nuestro paisito) o Nacional, pues en realidad son dos los lugares del país en los que estamos trabajando, aunque también en León (Nicaragua) y, como siempre digo, al otro lado del océano, del lado europeo, son unos cuantos los que colaboran con nosotros. Así que lo consideraremos internacional.
El objetivo del encuentro era doble. Por una parte formativo, fomentar una reflexión conjunta, analizar un poco los distintos procesos seguidos, hablar de los tiempos, de los ritmos, de la paciencia. También proporcionar a los muchachos recursos sobre manualidades (hicimos una ronda de talleres), juegos, danzas... Pero por otra parte, era fundamental el objetivo lúdico, conocerse, divertirse, aprender juntos. Y al final, saberse parte de un mismo proyecto, ampliar las miras y estirar el horizonte que nos permita superarnos y seguir andando.
Se respiró un ambiente muy bueno, al principio algo extraño por no conocerse demasiado, pero con una danza o dos se disiparon las distancias, y juntos trabajaron en los talleres, juntos comieron y participaron en la eucaristía. Con el rato de piscina, ya no eran de La Puya o La Romana, sino guerreros en caballos acuáticos en lucha contra el mundo. Y eso me gustó, lo rápido que bajan las barreras para sentirse como de la familia, la gran familia de monitores.
Fue un día muy ameno que finalizó en agua en este primero de marzo de viento pero cálido y soleado, de bañador y manga corta.
Esperemos que no se quede en eso, y de verdad sirva para construir una historia común, un punto en el que apoyarse, un empujoncito de energía para seguir avanzando.
[Foto de familia]