Un día de marzo, Bea cogió su maleta con una mano, y con el brazo robotizado dijo adiós a La Romana. Lo dijo bajito y se fue tranquila, con la seguridad de quien vuelve. Y cuando lo haga será recuperada, con la mano activa y rápida para seguir curando.
2 comentarios:
Y aquí la cuidaremos como se merece.
Llegará el día de retornar a su vida de allá y no mirará atrás como tampoco lo hizo cuando partió hacia aquí.
besos de colores
Hola Rúven,
gracias por poner imágenes y sonidos a la alegría, a los niños.
Un abrazo de hermano
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