martes, 23 de diciembre de 2008

Sentimientos bien

Estaba dándole vueltas a las cosas que iba a poner en este blog. Son muchas desde que llegué de Valencia, y pocas las que he contado. Se me apelotonan en la cabeza y a la hora de darles forma no consigo encontrar por dónde empezar a tirar del ovillo. Cada día trae sorpresas, cada semana se diferencia de la anterior, pero en realidad son cosas tan pequeñas que no merecen ser contadas, sino sólo ser vividas. Así que puede dejar de leer este blog quien espere acontecimientos, eventos culturales o actividades fantásticas.
No soy el portento de la memoria, ni de los resúmenes minuciosos. Me pierdo en conclusiones enrevesadas y en razonamientos cargados. Hoy me siento sentir pequeño.
En estas "cosas pequeñas", hay algunas que me han hecho sentirme bien. Lo podemos dejar en sentimientos, aunque a veces alguno de ellos se cuele más abajo de la epidermis y se me filtre en las venas. Por ejemplo, cuando al acabar el último campamento conjunto (de todos los campos) en San Eduardo, un niño se acerca, tan espontáneo él, a darte las gracias de lo mucho que le ha gustado. Y te mira y te perfora con esos ojos pequeños, y no sabes qué contestar por estar fuera de juego.
Me hace sentir bien cruzarme con los limpiavidrios del semáforo, que se alegran de verte y tú también a ellos aunque el único vínculo que nos una sea la espera en rojo, que se pelean por limpiarte el cristal sólo por darte gusto, porque saben que no les vas a dar nada. 
O cuando arrastras hacia el congelador de las vecinas madres escolapias, junto con el P. Javier, una bolsa de 28 pollos congelados que el Gobierno da a la Iglesia para repartir en estas fechas, y mientras te debates entre el asistencialismo y la necesidad real miras al Padre Rector medio descamisado sudando pollos (un ejemplo cotidiano de religiosos y laicos trabajando juntos). 
Me hace sentir bien ver a los jóvenes del "Calasanz nos une" fajándose y creciendo, tratando de organizarse y nadar a contracorriente en esta sociedad desorganizada, aunque muchas veces les cueste vencer su propia desidia. Disfruto con ellos, en sus momentos de inspiración y también en los de distensión. Me alegra ver a los jóvenes de La Puya con ganas de hacer y aprender, a pesar de la apatía de los domingos por la tarde y la contaminación acústica de la vecina iglesia evangélica. Por eso me hacen sentir bien los constantes viajes a la capital, aunque no siempre me apetezcan.   
Me sentí bien entrando en la Fortaleza (por primera vez) a celebrar la Palabra con los presos, desearles una buena Navidad y hablar un poco con ellos, entre la desconfianza y la tranquilidad, y que algunos me echaran en cara la poca frecuencia de mis visitas. 
Me sentí bien haciendo tarjetas navideñas de algodón y escarcha con los niños de Mª Trinidad Sánchez (y antes en las bibliotecas de Cristo Rey y Brisas), mientras sus mamás hacían pompones de lana con una concentración y pulcritud envidiables, y después encantados con Santicló en la sesión de "cine de barrio" (sábana + computadora + datashow + alargadera + regleta). 
Me hizo sentir bien la visita del Pare Francesc (tío mío), P. Rudy y P. Montesinos, en la que sentí que todo seguía encajando, que los proyectos crecían al ritmo de los procesos personales y comunitarios, y que además eran conocidos y reconocidos por los "jefes". 
Me he sentido bien con el fin de las clases y los exámenes, y la sen
sación de descanso que eso supone.

Me siento bien cuando paro de correr, miro un poco a mi alrededor y me doy cuenta de la suerte que tengo. 
Cuando vivo el momento, y los minutos caen un poco más lentos. Cuando miro hacia dentro y soy capaz de abrir las puertas del perdón, de la paciencia y de la paz, que tantas veces permanecen cerradas.   

(Los sentimientos mal, que también los hay, los dejaremos para otro día, que esta noche es Nochebuena)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!
Me alegra saber que estás aprendiendo a ver las cosas pequeñas. ¿te acuerdas de la cancion de Ixcis? "En las cosas pequeñas puedes encontrar lo grande, no esperes a mañana para verlas, solo el corazon te hará ver lo importante; la vida es un regalo de tu Dios; que hay que vivir a fondo, que hay q entregar"
Enhorabuena por vivir tantas cosas pequeñas!

FELIZ NAVIDAD!!!

Anónimo dijo...

yo tb ando aprendiendo ese "maravilloso universo en miniatura". Es mi meta actual. Y está siendo tan agradable disfrutarlo y sabrearlo! Sí, deseo aprender a vivir así. Me alegra que andemos en este camino.
Disfruta de esta noche en que nace todo y de la Navidad Dominicana!!!!!!!!!!!!

Feliz Navidad

Bendi