domingo, 7 de diciembre de 2008

Viviendo la lentitud de las prisas

Desde que llegué han pasado muchas cosas, y a la vez ninguna. Mi vida ha cambiado la serenidad de la vuelta por la agitación y el ritmo frenético del día a día. Después, periodo de calma absoluta, de estar en paz con el mundo y conmigo, de armonía de los sentidos, de ver la perfección de todo cuanto me rodea. Y justo después, otra vez a correr, a la ansiedad de las cosas por hacer en la soledad de la ducha de la mañana. Ahora de repente cansado y apático, sin más visión de mañana que las teclas de mi portátil.
No sé con qué momento quedarme, pues no caben en este blog, sino en mi pequeño corazón de lánguida memoria y momento presente.
Me muero de sueño, mañana más.
 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué alegría volver a tener noticias tuyas! Que mono el gatito!
Podrías poner alguna foto de tu casa o el cole.
Cuidate y disfruta de la playa , tu que puedes.
Besos a -2ºC.

teresa dijo...

Después de tenernos un poco adormecidos con tanta oscuridad,de repente tanto nuevo comentario seguido aturulla un poco...pero qué gusto seguir sabiendo de tí!!
Me alegro de que la vuelta fuera bien y ánimo en estos días un poco raros...
Cuida mucho al gatito!!Cómo se llama?No pretenderás que te ayude con las ratas si ni siquiera le has puesto un nombre,no??
Un besote!!

Anónimo dijo...

Hello!
Hoy hace "casi" tanto calor como allí...15ºC!
Besos.

Rubén dijo...

Error. Aquí son 24º a las 12 de la noche...
Ale, tápate

eva dijo...

Vamos!!
un no parar!!!
siempre en movimiento, para no quedarse estancado; ya sea vital o físicamente, que para el caso incluso llega a ser lo mismo....o no!!

besos de colores