miércoles, 14 de enero de 2009

Fluir

La noche fuera está fresca. Acaba de llover una lluvia corta y distante, como la sirena del tren de la caña, que pasa, y avisa de que se va lejos, lejos, con su caña a otro lugar. La noche fuera está fresca, como noche de verano que refresca, no se mueve ni el viento que también se mudó. Se siente el silencio, y me siento yo a oír el cricri cricri cricri que, en el silencio de la noche fresca, indica al menos que la noche no está muerta.
La manga corta es corta, y un jersey demasiado largo. La sirena vuelve larga larga a recordar que el tren se va. Y yo vuelvo a mí, al cricri cricri que llevo dentro, que me indica que no estoy muerto. Porque en medio de toda esta sinfonía de menudeces, tengo la sensación de que todo está en su lugar. Todo fluye en un orden natural, todo va encontrando su sitio, como el tren el suyo, y yo busco cómo disfrutar de este momento especial con el que me he encontrado sin querer. Hay días que parecen estar hechos a medida, que las piezas encajan en un sincronismo sin estridencias, sin sobresaltos. Cualquier movimiento, que no es medido sino espontáneano y leve, parece tener un principio claro y acabar en su punto definido, guardando una coherencia en el mapa de las coherencias del día. 
Hoy resuelvo cosas, embasto otras y dejo preparado el terreno para más. Pequeñas migas de rutina, intrascendente, olvidable. Sin estridencias ni sobresaltos, dejándome caer al suelo como agua que salpica y moja, que discurre sin romper nada, sólo acariciando. Hoy tengo el punto de lucidez suficiente para reconocerme en el lugar preciso y el momento adecuado. Como una confluencia del estado vital, aquí dentro, con el curso normal de los días, ahí fuera.
El cricri no cesa, el aire mueve un vaso en el suelo que rueda un poco y se detiene. De fondo, un bebé llora. Es el retazo de humadidad que me devuelve a la certeza de no estar muerto.

1 comentario:

Monto.- dijo...

Cada vez más optimista, me gusta, me gusta lo que sientes.

buen finde. muaks