Ayer fue el día de Madre Paula y hoy el de la Patria. Lo de hoy se celebra con pasacalles y no yendo al cole, y lo de ayer con chocolate. Nuestras vecinas las escolapias nos obsequiaron con un bien calentito y bueno para desayunar.
De la santa sé pocas cosas, entre bromas les digo que sólo recuerdo que hacía bolillos, vivía cerca del mar y ponía los pies en la tierra y la cabeza en el cielo. Y que tomaba litros de chocolate. Ellas se enfadan (a medias, como se enfadan ellas) y me explican lo de la promoción de la mujer en un tiempo en el que valían bien poca cosa. Está pendiente que me den una charlita más explicativa, parece que la santa no escribió nada pero hay algunas cartas que explican que tuvo una vida más bien complicada.
Hoy nos han invitado a comer, a los padres y al laico, y a las de la capital. Cocinan estupendamente y es un espectáculo verlas moverse sin parar, y hablar de todo. Conecto bien con ellas, porque tienen sangre en las venas y eso me gusta, dan juego y reciben las bromas con las misma velocidad con que las devuelven. Y además cocinan tan rico....
Con el tema del chocolate, aprovecho para poner una foto del fruto del cacao que hice a la vuelta de Miches. El sábado estuvimos allí, buscando sitios para campamentos. Que por cierto nos encontramos de purita suerte con un sitio espectacular en la playa, un "proyecto ecológico" (o eso venden ellos) basado en una especie de urbanización respetuosa con el medio ambiente, llevada por un español. Nos recibió un ayudante valenciano que tiene, que se había trasladado a vivir allí, para trabajar y reventar a leer en aquel rincón abandonado de la isla. Qué cosas...
A la vuelta cogimos este fruto de cacao, parece una berenjena pero luego amarillea. Hemos diseccionado hoy uno y tiene unas semillas gordas envueltas en una cosa gelatinosa, que si luego las secas y las mueles se convierten en una pastita de chocolate.
No es colacao pero ya vale. El P.Alberto promete venir con la pasta en la mano.
De la santa sé pocas cosas, entre bromas les digo que sólo recuerdo que hacía bolillos, vivía cerca del mar y ponía los pies en la tierra y la cabeza en el cielo. Y que tomaba litros de chocolate. Ellas se enfadan (a medias, como se enfadan ellas) y me explican lo de la promoción de la mujer en un tiempo en el que valían bien poca cosa. Está pendiente que me den una charlita más explicativa, parece que la santa no escribió nada pero hay algunas cartas que explican que tuvo una vida más bien complicada.
Hoy nos han invitado a comer, a los padres y al laico, y a las de la capital. Cocinan estupendamente y es un espectáculo verlas moverse sin parar, y hablar de todo. Conecto bien con ellas, porque tienen sangre en las venas y eso me gusta, dan juego y reciben las bromas con las misma velocidad con que las devuelven. Y además cocinan tan rico....
Con el tema del chocolate, aprovecho para poner una foto del fruto del cacao que hice a la vuelta de Miches. El sábado estuvimos allí, buscando sitios para campamentos. Que por cierto nos encontramos de purita suerte con un sitio espectacular en la playa, un "proyecto ecológico" (o eso venden ellos) basado en una especie de urbanización respetuosa con el medio ambiente, llevada por un español. Nos recibió un ayudante valenciano que tiene, que se había trasladado a vivir allí, para trabajar y reventar a leer en aquel rincón abandonado de la isla. Qué cosas...
No es colacao pero ya vale. El P.Alberto promete venir con la pasta en la mano.