domingo, 2 de diciembre de 2007

Factor sorpresa


Cambiar una rueda es fácil. Cambiarla cuando no es tu coche y estás en un camino perdido de Cumayasa, en medio de un apagón general, no lo es tanto. Si además no cuentas con linterna ni móvil, y la última que cambiaste fue hace por lo menos diez años, y además eres un ceporro pesimista, resulta bastante más complicado. Por suerte, un niño de diez años que te explica cómo funciona un gato puede ser una buena lección de humildad, el móvil de Catalina, una fuente de luz inagotable, y reírse de uno mismo, el mejor remedio contra la mala suerte. Pronto puede llegar más ayuda, y al final todo sale. Al menos ellos están acostumbrados a la supervivencia, a vivir con el imprevisto pegado a la espalda, y lo asumen con total normalidad. Conclusiones (3): 1.-Mantenerse a la defensiva y hacer de la incertidumbre un hábito. 2.- Dejar espacio al factor sorpresa para no ahogarte sin él. 3.- Muerte al cuadriculamiento.

4 comentarios:

Monto.- dijo...

muerte al cuadriculamieno

eva dijo...

Eso, eso...........a vivir lo inesperado, que así es como estarás más a gusto (sin presiones, sin planes, sin, sin, sin). y lo mayor que te harás con ésto!!
besos inesperados......EVA

esteldenadal dijo...

JAJAJAJAJA!!

Q desastre!


tenies q ser tu...




almenys ha sigut x a treure bones conclusions.
Au,

crec q besos!

Anónimo dijo...

RUBEN NO VUELVAS!!!!!!!!!!QUE ESTOY MUY BIEN EN TU CASITA!!!Y si tienes momentos profundos de preguntas, llamame que te convenzco yo a quedarte!!! es broma...me alegro mucho de saber que estas bien, de ver la fotitos que mandas y seguro que esta experiencia te enriquecerá muchisimo...Aqui todo igual...a parte del entrenador del Valencia, claro...
un beso